miércoles, 28 de marzo de 2012

La Divinidad de Dios

Leyendo por varios lugares por el amplio libro de internet he llevado en varias ocasiones a encontrarme con esta frase…
No tiene desperdicio alguno ni dice mentira alguna ya que Dios mismo es quien se encarnó para redimir nuestros pecados con su muerte de Cruz.
Es por eso que no entiendo cuando la gente protesta, raja e incluso sienta cátedra con sus comentarios cuando se muestra a una imagen sin sus potencias o su corona, o sin ambas…. Corona que fue colocada sobre la sien de nuestro Salvador en señal de mofa por aquellos pobres soldados romanos que no sabían con quien andaban… Ilusos de ellos, porque no sabían que para ser Rey no es necesario portar corona…
Ser Rey de Reyes, no implica llevar Corona, y aunque en la mayoría de las ocasiones nuestras representaciones cristíferas lo lleven, cuando a éstas se les quita por cualquier circunstancia, no se está ultrajando ni desprestigiando a dicha imagen.Igualmente ocurre con las Potencias, que son un signo rápido de distinguir a las imágenes cristíferas, pero nos tenemos que remontar a su origen, que no es otro que un concepto de la filosofía aristotélica reiterado dentro del Islam por Avicena y adaptado de forma inteligente por Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura.
Aristóteles nos decía que todo humano tiene cinco géneros de potencias del Alma, dentro de las que se encuentran las tres intelectivas, a saber, memoria, entendimiento y voluntad, que no hacen mas que proporcionar al ser humano las facultades de poder pensar y querer libre.
La memoria nos permite retener el conocimiento, el entendimiento por comprender lo que hemos aprendido, interpretarla y asimilarla y la voluntad nos da la libertad de disponer de todo lo que sabemos, siendo por tanto la mas importantes de estas potencias, para que el alma no sucumba ante la materia y para que el conocimiento supere a los instintos y para que el bien se imponga al mal.
Dios, al encarnarse en verdadero hombre, también tenía estas potencias, pero desarrolladas al máximo grado, pudiendo así reunir la fortaleza física y psíquica para aceptar, soportar y padecer la Pasión en su cuerpo y alma. Podemos decir que en consecuencia de este acto, las potencias quedaron convertidas y por derecho propio en los verdaderos atributos heteróclitos de Jesucristo en su triple condición de Profeta, Sacerdote y Rey.
Pero, aun así observamos que hay imágenes cristíferas que su autor no las concibe para llevar potencias y aquellos que las tienen cuando se les quitan para cualquier acto público y de Fe, en ningún momento lo que se intenta es degradar la categoría de Dios, ni humanizar los Divino, simplemente, presentar la imagen de Cristo nuestro Señor de una manera diferente.

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